Apliques de cocina
Los apliques de cocina proporcionan una iluminación funcional, estable y dirigida, sin ocupar un valioso espacio en el suelo. Instalados encima de una encimera, en fila sobre un aparador o cerca de una zona de comedor, proporcionan una luz localizada y dirigida. Esta categoría incluye modelos robustos, fáciles de mantener y diseñados para resistir el calor, la humedad y las salpicaduras. Cada aplique de cocina está diseñado para un uso específico, integrándose en un entorno técnico sin comprometer la claridad formal. leer más >
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Ilumina eficazmente las zonas funcionales con un aplique de cocina
En una cocina, la iluminación de pared desempeña una función específica: complementar la iluminación general con una luz direccional adaptada a los gestos cotidianos. El aplique de cocina suele colocarse encima de un fregadero, una superficie de corte o una zona de preparación. Concentra la luz en una zona de trabajo sin crear sombras. Por tanto, su función es principalmente técnica, pero también contribuye a la estructura visual de la estancia, sobre todo en cocinas abiertas o multifuncionales.
La elección de un aplique en este espacio debe tener en cuenta una serie de condicionantes: exposición al calor, humedad ambiental, proximidad de materiales sucios. Los modelos seleccionados en esta categoría están diseñados para soportar estas condiciones sin alterar el acabado ni degradar el rendimiento lumínico. Algunos modelos tienen brazos articulados o cabezas giratorias, mientras que otros son fijos, con una distribución uniforme hacia abajo o hacia los lados. La compatibilidad con la iluminación LED se traduce en un menor consumo y un encendido inmediato.
Materiales, acabados e integración en un entorno técnico
Los apliques de cocina están fabricados con materiales resistentes y de fácil mantenimiento: acero pintado, aluminio anodizado, vidrio templado, policarbonato. Los acabados mates o satinados limitan las huellas dactilares y los reflejos excesivos. Algunos modelos están tratados para protegerlos de la corrosión, sobre todo cuando están cerca de una placa de cocción o de una fuente de agua. El aplique de cocina puede conectarse directamente a la red eléctrica o funcionar con un interruptor integrado, en función de la configuración eléctrica de la estancia.
Desde un punto de vista formal, los apliques adoptan líneas claras y compactas. Deben integrarse sin sobrecargar la pared, que a menudo ya está marcada por muebles altos, estanterías o credenzas. El pequeño formato, el color neutro y la orientación controlada de la luz permiten una instalación discreta pero eficaz. La colocación se basa en las zonas de uso real, más que en un equilibrio decorativo global. Es el uso lo que guía la posición, no la simetría.
El papel del aplique en un esquema de iluminación jerárquico
Una cocina bien iluminada se basa en una jerarquía clara: una luz de techo o focos para la luz ambiental, fuentes secundarias para las tareas. El aplique encaja en esta lógica como una herramienta de precisión. Permite segmentar las funciones: iluminar sólo la superficie de trabajo por la noche, delimitar un pasillo sin iluminar toda la estancia o acentuar una zona dedicada a la preparación de la comida. Puede controlarse de forma independiente o vincularse a un sistema domótico o a un sensor de movimiento, en función de las necesidades del usuario.