Apliques doradas
Los apliques dorados crean un punto focal en la pared al tiempo que añaden un tono cálido y reflectante. Colocados a dúo o solos, acentúan un marco, marcan una entrada o complementan la iluminación principal. Esta categoría incluye una variedad de formatos, con líneas geométricas o curvas, y acabados mate, satinado o pulido. Cada aplique dorado desempeña a la vez un papel funcional y un vínculo visual en el espacio, trabajando la interacción entre luz, superficie y estructura. leer más >
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Apliques de oro: luz funcional y realce del material
Elegir un aplique de oro significa combinar una fuente de luz dirigida con un material altamente reflectante. Según su acabado cepillado, satinado o pulido, el oro actúa sobre la luz tanto como depende de ella. Acentúa los contornos, resalta las texturas y crea un punto focal sin sobrecargar. Estos apliques pueden utilizarse como complemento de una iluminación principal o como elemento luminoso en un pasillo, un dormitorio o un salón. Cambian la forma en que se percibe la pared al interactuar con la luz y el color de la superficie de apoyo.
Este tipo de luminaria puede utilizarse en diversos contextos: junto a un espejo, sobre un tabique o como signo de puntuación visual en una disposición lineal. Un aplique dorado no es sólo decorativo: su forma, proyección de luz y orientación determinan el ambiente percibido. Algunos modelos difunden una suave luz indirecta, otros proyectan un haz preciso, útil para marcar un punto de lectura o destacar una zona de tránsito.
Tipologías formales, materiales y disposición coherente
Los apliques dorados se presentan con formas circulares, lineales, tubulares o articuladas. Pueden incorporar un brazo pivotante, un reflector orientable o una base fija. Los materiales utilizados son principalmente latón, acero inoxidable con acabado dorado o aleaciones metálicas tratadas electrolíticamente. Algunos modelos combinan el metal con otros materiales, como el cristal, la opalina o la cerámica, para filtrar o distribuir la luz.
La elección de un aplique dorado requiere un cuidadoso análisis del espacio: tipo de pared, altura de instalación, distancia entre fuentes, orientación respecto a la luz natural. En una habitación oscura, el oro acentúa los contrastes. En una pared clara, crea una suave continuidad tonal. También puede utilizarse en combinación con otros elementos metálicos del interior para crear una coherencia visual sin repeticiones mecánicas.
Función precisa en la iluminación jerárquica
Un aplique dorado no sustituye a un plafón o a un colgante. Lo complementa. Señala, orienta, puntúa. Suele utilizarse en serie en pasillos, en parejas en dormitorios, o como módulo único en pequeñas áreas funcionales. Su contribución es sutil, pero decisiva en la interpretación de una distribución. La calidad de su luz, la forma en que se difunde o dirige, influye en la percepción global de una habitación, mucho más allá de su volumen real.
Integrar un aplique dorado significa pensar en la iluminación de pared como un componente activo de la distribución. También significa elegir un material que asuma su presencia sin multiplicarla. Cada modelo presentado aquí ha sido diseñado para encajar en un espacio concreto, con una función legible, un acabado controlado y una estructura pensada para durar.
La integración de un aplique dorado significa pensar en un componente activo de la distribución