Colores fríos
Esta categoría reúne piezas de mobiliario en tonos tranquilos y controlados: azul profundo, verde pastel... Estos tonos crean un ambiente sobrio, estructuran el espacio sin agobiarlo y acentúan las líneas. Combinados con materiales como el metal, el cristal o la madera clara, realzan la claridad y el equilibrio visual de una estancia. leer más >

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Los colores fríos ocupan un lugar singular en el lenguaje del mobiliario. Aportan una cierta distancia, una estabilidad visual, a menudo asociada a líneas limpias y a una arquitectura clara. Azules oscuros, verdes apagados o negros azulados: estos tonos se utilizan para estructurar el espacio, marcar transiciones o enfatizar volúmenes sin sobrecarga decorativa.
Cuando se combinan con materiales como el metal, el vidrio, el hormigón o ciertas maderas claras, los colores fríos revelan toda su capacidad para organizar visualmente un interior. Crean puntos de referencia claros, acentúan los contrastes o, por el contrario, proporcionan un fondo estable y neutro que permite que otros elementos se expresen. El mobiliario que los viste gana en legibilidad, a veces en tensión, pero siempre con mesura.
Elegir colores fríos no significa congelar un espacio, sino dotarlo de una forma más sosegada de coherencia. Clarifica la distribución de volúmenes, realza el valor de los materiales y evita efectos visuales innecesarios.
El uso de colores fríos no significa congelar un espacio, sino darle una forma más sosegada de coherencia