Sillones de diseño
Los sillones de diseño ocupan un lugar preciso en el diseño de interiores: el de un volumen legible asentado sobre líneas limpias. Los sillones de diseño destacan por su estructura formal, su dominio de las proporciones y su clara relación con el resto del mobiliario. Actúa a la vez como asiento secundario y como punto de referencia espacial. Según el material, puede formar parte de una continuidad o introducir un contraste medido. Su posición depende de la circulación, las perspectivas visuales y el uso previsto. leer más >
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Un sillón de diseño como punto de equilibrio en la habitación
El sillón de diseño no está pensado para desvanecerse en el fondo. Es un volumen autónomo, diseñado para ocupar un espacio definido sin desequilibrar la composición global. Su forma expresa una intención: envolvente, angulosa, baja o esbelta. Debe responder a una lógica de diseño, pero también a un principio de legibilidad visual. Colocada en un salón, un estudio o un dormitorio, la butaca de diseño suele actuar como punto de giro: proporciona asientos adicionales al tiempo que estructura la circulación. Su eficacia reside en su justa escala en relación con el resto del mobiliario, ni sobredimensionado ni perdido en el volumen.
Materiales, acabados y percepción de la forma
La elección de los materiales contribuye a la lectura del sillón. Una carcasa rígida acentúa los contornos limpios. Un tejido tenso realza las líneas flexibles. El patín, el compás o la base central actúan como una base gráfica que contribuye al conjunto. Un sillón de diseño no combina materiales al azar: cada combinación debe reforzar la claridad formal. Los acabados deben ser coherentes con el entorno: madera natural sobre un suelo mineral, metal lacado sobre una alfombra tupida, tela clara sobre una tapicería oscura. El objetivo no es la variedad, sino la articulación precisa de las texturas en el espacio.
Sillón de diseño y articulación con otros elementos
Un sillón de diseño no puede pensarse de forma aislada. Funciona con una mesa de centro, una luminaria, un sofá o una estantería cercana. Su orientación suele ser estratégica: abrirse hacia un punto focal, enmarcar una perspectiva o definir una zona de lectura. Para mantener una jerarquía legible, es importante evitar duplicaciones formales o volúmenes equivalentes demasiado próximos. Dos sillas idénticas pueden crear simetría. Un modelo único puede servir de signo de puntuación visual. En todos los casos, la forma elegida debe permanecer activa en el espacio, sin producir un efecto decorativo superfluo.
La silla de diseño tiene un papel muy amplio: uso cotidiano, impacto visual, gestión de flujos. Su integración con éxito depende de una colocación precisa, un diálogo medido con los materiales y una lógica general rigurosa.
La silla de diseño es un asiento con un amplio abanico de funciones: uso cotidiano, impacto visual, gestión de flujos