Sofás redondos
Los sofás redondos introducen un suave dinamismo en el salón. Su forma curva rompe con las líneas ortogonales de los muebles tradicionales. Esta categoría incluye asientos envolventes diseñados para fomentar la conversación. El sofá redondo cambia el flujo de la habitación: dirige la mirada oblicuamente y permite una distribución más libre, a menudo central. Se integra en espacios abiertos o mixtos, aportando un marcado contraste visual con sus contornos continuos. leer más >
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Geometría y disposición de un sofá redondo
Un sofá redondo se caracteriza por la ausencia de bordes afilados. El asiento sigue una línea curva, parcial o totalmente, según el modelo. Algunos presentan un respaldo arqueado, mientras que otros incorporan una forma ovoide en toda su extensión. Esta elección geométrica cambia la disposición de los muebles: en lugar de apoyarse en una pared, el sofá redondeado suele encontrar su lugar como isla, o en un rincón con un tratamiento flexible. Puede utilizarse para estructurar zonas de conversación en espacios abiertos, sin el efecto de partición.
Usos funcionales del sofá redondo
Este tipo de asiento fomenta la interacción. Su disposición semicircular permite que varias personas se vean sin necesidad de darse la vuelta. Es adecuado para salones dedicados al entretenimiento o configuraciones tipo lounge. El sofá redondo también es adecuado para zonas de mucho tránsito, donde crea un punto focal central sin bloquear el tráfico. Puede combinarse con mesas de centro circulares o descentradas para reforzar las líneas. Su profundidad de asiento varía según el modelo, pero suele ser suficiente para un uso relajado.
Materiales y efectos visuales
Los sofás redondos utilizan revestimientos continuos: terciopelo, bouclette, tela gruesa o piel suave. La elección de un color liso acentúa la lectura fluida de la forma. Las patas suelen ser discretas, incluso invisibles, para reforzar el efecto monobloque. Algunos modelos juegan con volúmenes sólidos, mientras que otros integran cojines modulares en una estructura continua. El sofá redondeado se convierte entonces en una masa visual identificable, que responde a las formas libres de la alfombra, la iluminación o las piezas de acento.
En un espacio de estar, el sofá redondeado introduce una ruptura en el ritmo geométrico. Ofrece una alternativa a la alineación clásica, al tiempo que conserva su función como asiento central y legible.