Sillones blancos
Los sillones blancos estructuran visualmente un espacio sin sobrecargarlo. Su color atrapa la luz y realza los volúmenes vecinos, sobre todo en composiciones contrastadas. Como asiento principal o como complemento, un sillón blanco puede crear una ruptura limpia o realzar un ambiente luminoso. En un salón, un dormitorio o un despacho, también puede utilizarse para equilibrar materiales más distintivos, como la madera oscura, el metal o el cuero. Esta categoría incluye una amplia gama de formatos tanto para ambientes sobrios como gráficos. leer más >
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Las funciones visuales de un sillón blanco
Un sillón blanco actúa como superficie de iluminación en un esquema de interiorismo. Su color claro reacciona a la luz natural o artificial, acentuando la percepción de líneas y volúmenes a su alrededor. En un espacio sobrio o muy estructurado, crea zonas de calma visual. Usado en contraste, un sillón blanco puede realzar un mural oscuro, un suelo mineral o un mueble de madera maciza. Su neutralidad lo convierte en una herramienta de equilibrio entre elementos decorativos o funcionales más asertivos.
Tipologías y formatos disponibles
La categoría reúne diferentes formatos: sillones envolventes, modelos con patas vistas, asientos bajos o estructuras compactas. Algunos sillones blancos están pensados para encajar en un salón como asiento principal, otros para complementar un rincón de lectura, un dormitorio o un pasillo. La variedad de proporciones permite adaptar el sillón a la función de la habitación. Las patas pueden ser de madera o metal, acentuando o neutralizando el efecto visual del blanco en función de las combinaciones elegidas.
Textiles, cuidado y percepción de los materiales
La tapicería juega un papel fundamental en la percepción de un sillón blanco. Un tejido mate como el algodón o el lino hace que el asiento se perciba más difuso, mientras que el terciopelo o el bouclette introducen relieve. Estas texturas modifican la distribución de la luz, incluso sobre una superficie lisa. La cuestión del mantenimiento también interviene en la elección: algunos tejidos son desenfundables, otros están tratados para un uso frecuente. En cualquier caso, el sillón blanco sigue siendo una pieza llamativa, incluso cuando se pierde en un esquema tono sobre tono.
En resumen, los sillones blancos permiten realizar ajustes visuales precisos en la distribución de un espacio. Desempeñan un papel activo en el equilibrio entre la luz, el material y el volumen, al tiempo que mantienen una presencia comedida.
Los sillones blancos permiten realizar ajustes visuales precisos en la distribución de un espacio