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Pasar un momento hygge

¿Cómo hacer una decoración hygge?

Artículo publicado el 20/04/2017
Artículo modificado el 29/08/2025

El hygge es un estilo de vida danés que sitúa los placeres sencillos de la vida cotidiana en el centro del bienestar y la satisfacción personal.

El hygge es un estilo de vida danés que pone los placeres simples de la vida cotidiana en el centro del bienestar y la satisfacción personal. La definición es muy vaga, cada uno se hace su propia idea: un arte de vivir, una forma de decorar su interior, momentos de compartir...

¿Ser hygge, qué es?

Una idea danesa

Tranquilo, pero a la manera danesa. Según el World Happiness Report 2017, un informe anual de la ONU sobre la felicidad mundial, Dinamarca es el país más feliz del mundo, mientras que Francia solo ocupa el puesto 32. Sin embargo, las estadísticas económicas y sociales son bastante similares. Entonces, ¿por qué los daneses están muy por delante en la escala de la felicidad? La razón quizá esté en su forma de vida, resumida en una palabra: hygge.

Un concepto abstracto

La dificultad del hygge (pronunciado «hu-gue») es que es intraducible y propio de Dinamarca. Aunque se haya exportado a algunos países como Alemania, donde se conoce como gemütlichkeit, sigue siendo muy escandinavo. En pocas palabras, es una sensación de bienestar al disfrutar de los placeres más simples: una tarde con amigos, una taza de chocolate caliente, un libro junto al fuego... Tiene múltiples definiciones y aspectos. Para los daneses, el hygge puede vivirse tanto solo en casa como con amigos, durante las largas noches de invierno o las tardes soleadas de verano.

El hygge es un arte de vivir en Escandinavia: basado en los placeres cotidianos y ambientes acogedores, incluye la decoración pero sobre todo un estado de ánimo. Si estás estresado, preocupado o pegado al móvil, no eres hygge. Es una sensación de bienestar, serenidad y desconexión, un refugio en el presente. Este concepto abstracto de dulzura y placer lo han integrado los daneses en su vocabulario y en todos los aspectos de su vida diaria, incluso en la decoración de sus casas. La decoración danesa se ha vuelto hygge, centrada en lo esencial y en la tranquilidad.

Una moda bien anclada

En su sentido actual, la palabra hygge apareció en Dinamarca a principios del siglo XIX, derivada del término «bienestar». Se impuso como un arte de vivir y se ha extendido a otros países de Europa. En 2016, con el Brexit y la bajada de moral, los británicos adoptaron el hygge para desconectarse de la actualidad y relajarse. Según el diccionario Collins, «hygge» fue la segunda palabra más importante de 2016 en Reino Unido, tras «Brexit». Más tarde, la moda llegó a EE.UU., donde los americanos adoptaron velas y calcetines de lana para sus noches de relax.

Momentos de compartir

Compartir con amigos, tomar algo en una terraza: los momentos hygge pueden disfrutarse en compañía. En invierno, se invita a casa a cenar chili y ver una película; en verano, se queda en un parque para tocar la guitarra, cantar o simplemente descansar al sol. También se puede pasear por el bosque, tumbarse en el jardín con limonada o beber té helado bajo un manzano.

Cocooning a la danesa

Leer un libro junto al fuego ya es muy hygge. Si además hay chocolate caliente, una manta y un pijama de lana, es el paraíso. El hygge también puede vivirse solo, devorando una novela en un sofá barocco mullido o disfrutando de una noche de Netflix bien abrigado en la cama. Sentirse cómodo es imprescindible: en invierno, chándal y calcetines de lana; en verano, sandalias y shorts. El otro requisito: nada de mirar el móvil. Hay que desconectar por completo para vivir el momento presente.

¿Cómo hacer una decoración hygge?

Vuelve a lo esencial

Los daneses insisten en eliminar lo superfluo: para ellos, el hygge es contacto con la naturaleza y rechazo a lo artificial. De ahí que el diseño escandinavo sea tan depurado: formas simples y colores pastel, materiales naturales como mármol o madera, y nada de colores chillones. Todo es suavidad y delicadeza.

Hazte un nido acogedor

Olvida sofás fríos de cuero y sillas rígidas: lo hygge es lo mullido y cómodo. Cuantos más cojines y mantas, mejor. Plaids, pufs y capas que te envuelvan. Hazte un chocolate caliente, ponte ropa cómoda y tírate en tu sofá escandinavo.

Velas. Muchas velas.

Con un consumo de 6 kilos de cera por persona y año, los daneses son los mayores consumidores de velas del mundo. La iluminación hygge debe ser suave y cálida, sin luces directas. Usa candelabros y portavelas, nada de lámparas extravagantes. Las velas son imprescindibles para un ambiente acogedor.

Lo que hay que recordar

Los daneses han puesto palabra a una sensación indescriptible: el bienestar cuando todo está bien y nos sentimos cómodos. Antes limitado a Dinamarca, el hygge se ha extendido a otros países como un arte de felicidad cotidiana. Acurrucarse bajo una manta, leer una tarde o compartir con amigos: cada uno tiene su visión. Y para crear un ambiente hygge, la decoración es clave. Elige colores neutros, formas simples, cojines y mantas; enciende velas, desconecta y disfruta del presente.

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